
El siguiente tema que quiero compartir es crucial. Debería ser entendido y analizado por cada creyente en Cristo. Espero que sea de edificación para tu vida. Mi deseo y oración es que Dios, a través del Espíritu Santo, nos iluminé, guíe, y nos de el poder para triunfar en nuestra vida espiritual.
En la vida solamente hay dos personajes que podemos servir—dos seres mayores—Dios o Satanás. Solo podemos servir a uno, no a los dos. Hemos sido creados con la capacidad y habilidad para servir y adorar a uno no a dos señores.
En nuestro corazón solo hay espacio para uno de ellos. ¿Quien toma residencia en tu corazón? ¿A quien sirve usted?
Antes de contestar la pregunta anterior quiero que examines tu vida. ¿Cual es tu testimonio, tu manera de hablar, tu comportamiento, tu caminar? ¿Que refleja y transmite tu vida a los demás? En otras palabras, ¿cuales son sus frutos?
La palabra de Dios nos dice:
“Así que, por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:20).
Nuestra vida reflejara nuestro amo y Señor. Nuestros frutos solo demostraran a quien seguimos y servimos. Nuestros frutos reflejaran nuestro estado espiritual.
¿A quien sirve usted?
Permite aclararle algo, estos dos personajes no son iguales. Ellos no tienen el mismo poder. No son del mismo nivel. Dios es el Soberano Rey del universo. Es el Creador y Hacedor de maravillas. El siempre esta en control y autoridad. Dios es el Todo Poderoso que lleva acabo sus planes y propósitos para su gloria.
Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran. (Nehemías 9:6)
Satanás vencido esta. La victoria ya fue ganada en la cruz por Jesús. El nunca perdió. Solo demostró su poder y victoria al conquistar el pecado y su esclavitud, el mundo, y Satanás.
“Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:57).
Satanás no tiene esperanza. El no tiene escapatoria. El final de la batalla ya ha sido determinado por Dios—Jesús reinara con justicia, autoridad, y rectitud. El pueblo escogido será victorioso. La iglesia del Señor será restaurada y limpiada de pecado y pasara el resto de la eternidad con su Rey.
Ahora mientras eso suceda, hay un desafío que enfrentar. La vida no es fácil. Vamos a enfrentar pruebas, tiempos difíciles, y tentaciones. Hay también una batalla constante entre Dios y el diablo sobre tu vida. ¿Quien será tu Señor? ¿Quien ganara tu tiempo y energía? ¿Quien ganara tu devoción y adoración? ¿Más importante, quien ganara tu alma?
La realidad es: hay una guerra espiritual. Aunque no la vemos es real y peligrosa. El apóstol Pablo nos dice: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).
Jesús es la suprema demostración del amor perfecto y divino. Satanás es la suprema demostración del mal. ¿A quien sirve usted? ¿Su vida demuestra amor y servicio sacrificial o demuestra egoísmo, maldad, egocentrismo y odio?
El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo. Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. (1 Juan 3:8-9 LBLA)
El pueblo Dios esta siendo engañado por el enemigo sin darse cuenta. Desafortunadamente, hay muchos en la iglesia que piensan que ser cristiano es simplemente leer la Biblia, diezmar, escuchar mensajes, ser miembro de una iglesia, etc.
Estas cosas son muy buenas. Pero en si mismas no definen que alguien sea un seguidor de Cristo, mucho menos sea cristiano o salvo. Sabemos que no estamos haciendo obras para ser salvos porque no podemos ganar la salvación. Las buenas obras y hechos no nos compran ni obtienen la salvación.
No podemos ganarla por nuestro propio mérito sino es regalo de Dios—la recibimos por fe en Cristo (Efesios 2:8-9). La diferencia es: aquel que es salvo lo demostrara a través de sus frutos. Sus frutos será la evidencia de su salvación
Por otro lado tenemos aquellas personas que son como la palabra los describe: oidores no hacedores.”Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Santiago 1:22).
No es suficiente escuchar la Palabra de Dios. Cualquiera puede hacer eso. El verdadero desafío es ser sabio y poner en practica lo que escuchamos —principalmente la Palabra de Dios (Mateo 7:24-27).
Estas personas son aquellas que pasan su tiempo haciendo absolutamente nada. No procuran de alcanzar algo para el Señor. Solo están en la iglesia para recibir y consumir—no para servir. Tienen una mentalidad y actitud individualista.
Están en la iglesia y viven vidas pasivas. Creo que hay varias de estas personas que van a ser salvas pero lamentablemente no harán nada para Dios.
Usare la siguiente ilustración como ejemplo:
En un equipo de fútbol hay once jugadores que juegan en el campo a la vez. También hay otros jugadores que forman parte del equipo que están en la banca. Los que forman parte de la banca son parte del equipo pero no están contribuyendo para que el equipo obtenga la victoria. Entonces podemos decir que los que están en la banca están ayudando al equipo contrario para que no pierda.
Así son los cristianos pasivos en la iglesia. Forman parte de la familia de Dios pero no están contribuyendo—no están avanzando el evangelio de Dios y expandiendo su reino.
Esta es la mejor estrategia del enemigo. El impide que los cristianos alcancen su propósito, llamado, y misión—al mantener al cristiano tranquillo, cómodo, y pasivo. ¿Esta usted en el campo o en la banca? ¿A quien sirve usted?
“Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:3,7).
Reflexión
Dios no puede ser burlado o engañado. Mi meta al escribir esto es para que nos hagamos un auto-examen y buscar a Dios sinceramente.
Necesitamos arrepentirnos de nuestros pecados y seguir a Jesús como Señor y Rey. Hoy es el día de vivir para el Dador de la vida con una entrega total.
Escojamos hoy la voluntad de Dios para nuestras vidas—el camino de justicia y amor hacia la eternidad.
“En el camino de la justicia está la vida; Y en sus caminos no hay muerte” (Proverbios 12:28).
Para triunfar y ser victoriosos necesitamos:
- Buscar su reino y justicia (Mateo 6:33).
- Vivir para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31).
- Orar sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17)
- Renovar nuestras mentes diariamente (Romanos 12:1-2).
- Buscar y enfocarnos en las cosas eternas (Colosenses 3:1-3).
- Ser fuertes y valientes (Josué 1:9).
- Avanzar hacia la meta (Filipenses 3:12-14).
- Poner nuestra mirada en Jesús (Hebreos 12:2).
- Perseverar hasta el final (Mateo 24:13).
Esperando Su Venida,
Jonnathan Menéndez
Sigamos buscando a Dios día a día sinceramente God Blees you!!!
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Dios quiere un corazón sincero, genuino, y entregado totalmente a El.
¡Bendiciones!
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